Cuando hablamos de financiación pensamos en entidades que habitualmente se dedican a esta función: cajas de ahorro, entidades financieras, entre otros. Pero ante los nuevos tiempos, comienzan a aparecer otros agentes con los que puedes contar para financiar parte de tu actividad: el cliente, ¿estás en sus manos? 

Seguramente no lo estarás, porque este tipo de procesos exige altos niveles de confianza como punto de partida para crear vínculos compartidos entre clientes y proveedores, capaces de abordar nuevos desarrollos u otro tipo de inversiones. Además de crear estos fuertes vínculos, la solvencia del negocio será una carta de presentación importante para establecer este tipo de acuerdos de financiación.
Ciertamente, la identificación de los estímulos necesarios que deberán ponerse en juego resulta una labor previa a la negociación que no siempre es fácil de identificar, a menos que la relación estrecha con este agente permita facilitar el proceso de preparación previo a la negociación.