Nuestro tejido industrial está compuesto básicamente por PYMES y consecuentemente el desarrollo económico de nuestro territorio está ligado a ellas. Para mejorar su posicionamiento internacional, la estrategia de especialización inteligente les ha puesto ante el reto de una focalización constante que deberán transitar en los próximos años.
Además, debemos impulsar que nuestras PYMES se caractericen por ser industrias avanzadas, es decir, por tener unas prácticas de gestión que faciliten su competitividad en los sectores en los que se encuentran. Especial hincapié debe hacerse sobre los servicios tanto como sector que apoya a la industria (empresas proveedoras de servicios intensivos en conocimiento), como aspecto interno a desarrollar por la manufactura para hacer más competitiva su oferta de valor (actividades intensivas en conocimiento).
Pero, ¿cuáles son esas prácticas que hacen a nuestras PYMES avanzadas? Y, más importante aún ¿qué recetas han seguido las que han alcanzado dicha situación? Responder a ambas preguntas debe ser una de las principales aportaciones del Observatorio de la Competitividad PYME2020. Todo ello con una aproximación rigurosa basada en una excelente detección de los casos a analizar y de una correcta estructuración de las prácticas de gestión para su posterior difusión. Nada nos gustaría más que el OBSERVATORIO se convirtiera en un banco de recetas lo más abierto posible a todo nuestro tejido económico.
El OBSERVATORIO nace en MIK y la Facultad de Empresariales de la Universidad de Mondragon, cuya misión principal está relacionada con la transferencia. Por eso debe velar por impulsar aún más la innovación en gestión de las empresas estudiadas y por el desarrollo de proyectos de intervención en otras PYMES para que puedan incrementar su competitividad. En ambos casos, y teniendo en cuenta que hablamos de PYMES, el OBSERVATORIO debe insistir en el desarrollo de métodos ágiles y rápidos de experimentación.
Nunca como ahora, en el que parece un escenario de reactivación, fue tan importante convertir la competitividad de las PYMES en un tema constante de investigación y transferencia. Especialmente atentos debemos estar a la gestión de las mismas, ya que si bien el desarrollo tecnológico es una clave esencial, no lo es menos cómo acometan estas empresas aspectos como la gestión de las personas, la financiación de proyectos, la internacionalización, los procesos de alianzas globales, el desarrollo de clientes…en ello nos jugamos el futuro, y por ello vale la pena observarlo y actuar con eficacia en su constante desarrollo.